El valle del Ambroz es una comarca enclavada en las últimas estribaciones de la Sierra de Gredos, junto a la Sierra de Béjar, haciendo de frontera con la provincia de Salamanca. Sus ocho localidades aúnan un rico legado histórico y un valioso patrimonio natural.
El valle que dibuja el río Ambroz supone un paso natural para cruzar el Sistema Central, razón estratégica que hizo que numerosos pueblos a lo largo de la historia se asentasen en él. Así en la zona podemos encontrar bastantes restos prerromanos, fundamentalmente de la cultura de los vetones. Así lo atestiguan los verracos hallados en Segura de Toro, y el toro que aún decora su plaza y que le da el nombre.
A su llegada, Roma también paró la vista en él, y por aquí cruzó la calzada de la conocida Vía de la Plata, que atravesaba la Península de norte a sur. De esta civilización encontramos más vestigios arqueológicos, como la villa romana de la Granjuela en Casas del Monte o puentes como el de Aldeanueva del Camino, pero sobre ellos destaca el oasis que los romanos construyeron en el afloramiento de aguas termales de Baños de Montemayor, donde a día de hoy continúa habiendo un balneario sobre las propias termas romanas.
Posteriormente llegaríamos a la Edad Media, donde la importancia del paso del valle continúo. Los judíos, muy tolerados por los musulmanes, tuvieron un significativo asentamiento en la zona, y más tarde por aquí cruzarían importantes cañadas y cordeles ganaderos de la Mesta, como las Cañadas Reales Soriana Occidental y la Vizana.
De este período se conservan elementos como el palacio de Sotofermoso, en Abadía, o el castillo templario y judería de Hervás. Y es que si hablamos del Valle del Ambroz tenemos que hablar de Hervás.
Esta población es el centro neurálgico de la región, siendo el centro administrativo y comercial de la comarca y el municipio con mayor número de habitantes con diferencia. Es famoso por su excelentemente conservado barrio judío, habitado desde del siglo XIII, catalogado como Conjunto Histórico-Artístico e inscrito dentro de la Red de Juderías Españolas. Entre sus empinadas calles encontramos la Travesía del Morón, una de las calles más pintorescas y angostas de España con apenas medio metro de ancho.
En la población también encontramos los restos del antiguo castillo de la Orden del Temple, sobre los que se construyó la Iglesia de Santa María de Aguas Vivas, en el punto más alto de la localidad, o el Convento de los Trinitarios. Pero no solo patrimonio histórico, también cultural; como el Museo Pérez Comendador-Leroux o el Museo de la Moto y el Coche clásico, y, por supuesto, también natural.
Tanto Hervás como el resto del Valle del Ambroz poseen un medio natural impresionante. En apenas veinte kilómetros se pasa de la dehesa típica extremeña a paisajes de alta montaña, con cotas de hasta 2.100 metros. Sus frondosos bosques de castaños y robles y huertos de bancales con cerezos y ciruelos ofrecen un bello espectáculo. El agua y la nieve son aquí grandes protagonistas, regalando a la vista cumbres nevadas, a veces hasta bien entrado el año, y gargantas, corrientes y saltos de agua que permiten la aparición de varias piscinas naturales que aseguran el refresco en el verano.
Tan majestuoso se torna el paisaje que motivó que se comenzase a realizar una fiesta, el “Otoño Mágico”, desde el 2017 considerada de Interés Turístico Nacional. Durante la época de otoño en las localidades de la comarca se desarrollan una gran cantidad de actividades para los que este territorio y época resultan idóneos: senderismo, ciclismo, contemplación de estrellas, juegos para todos los gustos y edades…
Sin duda el Valle del Ambroz es un paraíso que no te puede perder.
