Situada en el centro geográfico de Extremadura, la comarca de Sierra de Montánchez y Tamuja se localiza en un triángulo entre las históricas ciudades de Cáceres, Trujillo y Mérida. Los diversos pueblos que camparon por estas tierras a lo largo de la historia dejaron su impronta tanto en los monumentos que atesora como en sus costumbres, paisaje y gastronomía. Hasta nosotros han llegado castros de la Edad del Hierro, restos de villas y puentes romanos, castillos de orígenes romanos y almohades e incluso una maravillosa muestra de la arquitectura religiosa hispano-visigoda.
Es una estupenda comarca para practicar deportes al aire libre como el senderismo, la bicicleta o el avistamiento de aves; destacando en esta última las avutardas que campan en las llanuras de Sierra de Fuentes, población que además cuenta con el Centro de Recuperación de la Fauna y Educación Ambiental «Los Hornos», donde cuidan de aves y mamíferos que han sufrido algún daño hasta que se recuperan y pueden volverse a poner en libertad.
Quizá lo mejor para conocer esta comarca, compuesta por nada menos que veintidós poblaciones, sea descubrir sus «7 Maravillas»: el Castillo de Montánchez; que además cuenta con unas vistas espectaculares de la comarca y de las dos provincias extremeñas, razón por la que lo llaman «Balcón de Extremadura». La Ruta de los Molinos, que a través de sus 17km entre Arroyomolinos y Montánchez, por caminos rodeados de vegetación e historia, permite ver más de treinta molinos harineros, algunos de origen romano. La encina La Terrona en Zarza de Montánchez, considerada árbol singular con 800 años de edad y 16 metros de altura. Los restos arqueológicos del castro prerromano de Villasviejas del Tamuja, en Botija. La basílica de Santa Lucía del Trampal, en Alcuéscar, una pequeña joya de la arquitectura hispano-visigoda y la única de estas características en el sur de la península Ibérica. El Claustro del Conventual de Valdefuentes, localidad que además sorprende por las fachadas de las casas decoradas la técnica del esgrafiado. Y, por último, las pinturas murales de la Ermita del Cristo de Benquerencia.
No hay que olvidar mencionar sus tradiciones populares ni su variada gastronomía, en la que ocupan un lugar de honor los higos, famosos en formato de bombón, y el jamón de Montánchez. Destaca en esta zona la Ruta del Jamón, que permitirá al visitante acercarse a las extensas dehesas que son el territorio ideal para la cría de cerdos ibéricos, alimentados con bellotas de encinas y alcornoques y que dan lugar a exquisitos guisos y sabrosos embutidos.
Patrimonio histórico-artístico, naturaleza, aventura y rica gastronomía. Una región digna de descubrir.
